El Consejo de Administración Portuaria aprueba la instalación de una planta de residuos a sólo 500 metros del colegio Benalúa
A principios de febrero de 2011 los alumnos del colegio Benalúa cambiaban la ruta para ir a clase, dejaban las aulas prefabricadas atrás para estrenar su nuevo colegio. Aula de informática, ordenadores de última generación, laboratorio o comedor son algunas de las instalaciones con las que cuenta el nuevo centro. Colegio de lujo dicen, ya que estuvieron más de diez años estudiando en barracones sin estos materiales que para el resto de colegios resultan obvios.
En el año 2000 el antiguo colegio se demolió por “ruina técnica” y en su lugar se instalaron 20 barracones para albergar a los alumnos que literalmente se habían quedado sin clase. Siete años después, las autoridades decidieron iniciar las obras del nuevo colegio, se adjudicó por valor de 5.335.220€ y debía estar acabado en un plazo de 21 meses. Pero la licencia de obra no llegó hasta abril de 2008 y aún así, tuvieron que esperar un año más para que la construcción empezara. La Consellería de Educación se excusó al decir que habían tenido muchos problemas urbanísticos a la hora de iniciar las obras. Tomás Mestre, miembro de Compromís per Alacant, criticó que los padres de los alumnos sufrieron muchas promesas incumplidas durante once años por Sonia Castedo.
La directora del colegio, Mari Carmen García, piensa que el periodo que estuvieron en prefabricadas fue “muy largo y difícil” pero que “a lo mejor no había otra solución”. La docente comentó que desde el primer momento hubo presiones para que el nuevo colegio se construyera en la misma zona donde estaba el antiguo, pero fue imposible y después se hizo muy complicado urbanizar la nueva zona donde ahora se sitúa el colegio, Benalúa Sur.
Los problemas no acaban
El Consejo de Administración del puerto ha dado luz verde a la concesión de la licencia para construir una planta de tratamiento de residuos. La fábrica se encargará de recoger los deshechos y combustibles que los barcos expulsan al mar para su posterior separación y fabricación de hidrocarburos de uso industrial. El inicio de las obras está pendiente de la aprobación de la Consellería de Medio Ambiente que se estima que responda en un plazo de diez meses.
El portavoz de plataforma de Defensa del Puerto, Eliseo Fernández, ha solicitado que el proyecto se ubique en el área industrial de La Serreta. La organización ha presentado más de 1.200 alegaciones contra la instalación de la planta ya que su ubicación está muy cerca de diversos barrios, viviendas, hoteles y tan sólo a 500 metros del colegio Benalúa. De poco han servido estás quejas al Presidente de la Autoridad Portuaria, Joaquin Ripoll, que ha dicho que si Medio Ambiente rechaza el proyecto se procederá “al rescate” de la concesión.
A los padres de los alumnos del colegio no les hace ninguna gracia la instalación de la planta de residuos tan cerca del centro docente ya que puede emitir deshechos tóxicos, peligrosos y cancerígenos. La directora ha comentado que la actividad que ahora mismo hay en el puerto ya afecta al barrio, le parece muy negativo que encima se proponga contaminar todavía más. No sólo como directora sino también como ciudadana piensa que es una “verdadera pena” que se estropee la fachada al mar tan preciosa que tiene Alicante, “hay otras muchas zonas donde se podría hacer esa actividad”.
La alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, no ha querido pronunciarse ante la polémica planta de residuos. Lo único que ha dicho es que va a esperar a que estén sobre la mesa los informes que debe emitir la Consellería de Infraestructura, Urbanismo y Medio Ambiente.
De colegio a solar abandonado
La asociación de vecinos de Benalúa El Templete se queja de la “dejadez, abandono, suciedad y peligro” en la que se encuentra el solar del antiguo colegio. Al desinstalar las veinte aulas prefabricadas se ha quedado una imagen desolada y de desatención de la zona. Los hierros, materiales acumulados y la fibra de vidrio que está desprendida de los techos de los barracones está contaminando el barrio, según comunicó la organización.
Benalúa 10, otra agrupación vecinal, ha pedido a la alcaldesa que le ceda el terreno del viejo colegio al barrio. Los residentes han presentado un proyecto de ocio y tiempo libre para que la alcaldía sopese la cesión. La intención es aprovechar la zona para realizar actividades deportivas y educativas. La directora del colegio cree que lo más conveniente es que esas instalaciones se utilicen para beneficio del barrio. Piensa que con poco esfuerzo se podrían preparar muchas actividades culturales.
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